Alguien
entreabrió una
tarde
la hendija de los sueños.
Y el Pájaro escapó.
Treparon
sus latidos calientes
en la cresta sorpresiva de
los vientos
y la veleta detenida
por los siglos decidió
que había llegado el día
presagiado.
Fuga
escapada
libertaria
cielo
nubes
árboles
secreto
cumbre
nido
fronda
savia
(amor, amor,
tu voz
y tu silencio)
Y fuera el aire
celebrando entre las alas
otra vez,
como nunca en el recuerdo.
Y fuera el Trino
en encuentro imaginado
de una vez,
precariamente cierto.
Silvia Piccoli - Diciembre 2010
En De pájaros e inalcanzables simetrías