miércoles, 3 de agosto de 2011

Rastro

Sonrió con sarcasmo: una vez más huía de sus perseguidores. Sin mirar atrás espoleó su caballo hasta el lecho del río y retomó el galope. El viento silbaba entre las hendijas de su yelmo y ahogaba los ladridos entre la espesura. A su paso salvaje las aguas trocaban en sangre, las piedras en cráneos y el aire en estrago.
En la orilla, los sabuesos eufóricos saboreaban por anticipado la captura de la presa.

Silvia Piccoli - Agosto 2011
En "Bestiario contemporáneo. Poemas, mándalas y otros desvaríos" (inédito) 

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