miércoles, 28 de marzo de 2012

Imponderables


Uno sale a la calle con ciertas ideas. Da por sentado –por ejemplo- que una puerta jamás se abrirá sobre el vacío. O que al verano sucederá el otoño, y que la flecha indica el sentido del tránsito.
Pero de pronto ocurre que una voz susurra una sentencia y una mirada triste intercepta tu mirada.
Entonces, acaban las certezas y se diluyen las referencias.
Te arrastra el vértigo de la traición, del pecado.
Y te asomas al borde del cielo, con las manos vacías.

Silvia Piccoli - 2012 

miércoles, 21 de marzo de 2012

el poema


parir
el poema

la palabra que sea
sangre
fogata
humanidad
cornisa
mapa
y cimiento

emblema de este tiempo
y de toda la utopía

que sea tierra
dejada atrás
y calle nueva

hijo
camino
sal
y mediodía
pan y luz
guerra
primavera
sexo y ángel
fango y desazón
vino y miel,
crepúsculo y estrella

parir palabras que quepan
en tu mano
en su voz
en la carne de todos
los convictos
y en el terror
de la última noche
antes del fin,
idéntica
a la primera noche
de los hombres
expatriados del Edén
sin dios
sin Eva
cobijados de la culpa
en la cueva sombría
del pecado
que no redimirán
sino a punta
de látigo
y de infierno

parir palabras
y poemas

desangrarse
en el otro
dolor
en otras
lágrimas
por otras venas

y que sean
mis ojos
los que sangran
por tu boca muda
por tus manos
prisioneras
por un anónimo
temerario corazón
hastiado
de gritar en la tormenta

¡mentira!
dirá el alegato
de inocencia:

“yo soy aquél que dijo”

y que eso baste

que nada cuenta
si se ahoga la palabra
entre algodones
entre reglas cortesanas

nadie ordene
tu son

parir palabras
en grávido silencio concebidas
y que irrumpan en razones
sin razón,
en un poema.

Silvia Piccoli – 2011