lunes, 9 de abril de 2012

Fiat...


A veces irrumpe
la palabra
en romance con la vida.

Nombrar amor,
y que el amor
sea;
y sea
el ansia,
y el beso.

Nombrar amanecer,
y  que sean la luz,
los campanarios
deslumbrados
de palomas;
y sea vuelo suave
el horizonte.

Nombrar fuego,
y que sea hoguera
la mano temblorosa…

Viento:
y sea tu susurro.

Lluvia…
Y que sea tu boca.

Pero otras veces
la palabra
no conjura
los antojos
de la muerte;

y viene el miedo
cabalgando
sobre nudos
y recuerdos.

Aunque yo pronuncie
brevemente tu nombre de diamante,
o convoque a los dioses,
a los pájaros fugaces,
ronda la muerte
el silencio:

no huye, no,
la muerte.
No muere.

Silvia Piccoli - 2011