martes, 9 de octubre de 2012

Destino de multitud


En el lugar preciso

a la hora exacta

el viento en contra

el resplandor sobre la espalda

el silencio entre los árboles

los sabuesos merodeando
los límites difusos de la vida

la traición haciendo
su trabajo

¡y él sin velar las armas!

el pecho siempre
predispuesto,
los ojos abiertos
ávidos de azul,
el corazón sin miedo,
la sangre ya tranquila
en el minuto final:

ese minuto
que justifique todas
las batallas;

y el estampido
allí,
anónimo y desnudo
en ese recóndito lugar,
esa maldita hora
señalada…

Silvia Piccoli – Enero 2012

1 comentario:

  1. Silvia!!!!!! los ojos abiertos ávidos de azul! Me llenó el alma!

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