lunes, 21 de julio de 2014

UNA PALABRA para Palestina

Quisiera imaginar que cuando acabe el estruendo
el fuego y la noche en pleno día y plena noche
pudiera un hombre con una pluma y un hato de palabras
restablecer los ritmos de la vida.

Quisiera pensar que nunca hubo tanto río ensangrentado.
Tanta atroz expiación de ningún crimen entre calles y escombros y metralla.
Que nunca hubo quienes callaron y asintieron.
Que no hubo negación de porvenir.
Que no ganó la asimétrica desproporción de la muerte.

Quiero pensar que cada glóbulo es una semilla incorruptible
de resistencia eterna e infinita.
Que cada par de ojos cegados es un par de olivos que incrustan sus raíces
empecinadas en las piedras de la tierra antigua.
Que cada puño que se aprieta y sangra
con las uñas clavadas en las palmas
es un corazón que entona la oración milenaria del ocaso.

Quisiera soñar que un hombre y una mujer se aman
y engendran la piel desde las cicatrices.
Quisiera pensar en pájaros que detienen a las bombas.
En flores que inauguran caminos
donde brotan ruinas.

Quisiera una palabra, sólo una.
Porque paz es una idea breve
o demasiado larga.
Y ya no queda tiempo.


Silvia Piccoli – 21 julio 2014

viernes, 18 de julio de 2014

HIC ET NUNC - (Gaza)

En esta precisa latitud
y exacta longitud,
en este instante,
un impulso fugaz musita a mis pulpejos
una única combinación,
una secuencia de golpes cortos y certeros
sobre un conjunto ordenado en retícula.

Y emergen palabras y sentidos
aquí y ahora,
en el silencio.
             *

En alguna ignota coordenada
otro cerebro
oprime un botón rojo,
verde o amarillo –según convenga
en un gabinete
donde jamás ha entrado el sol,
ni han salpicados los pequeños milagros de la lluvia,
ni llorado su lágrima de maravilla
la voz de algún pájaro
migrante.

Y entonces brotan fuegos
de muerte y fósforo
y demonios.
             *

En otra posición absoluta en un país más viejo y más lejano
que todas las memorias,
que todos los olvidos,
niños esperan algo más que una tregua para empezar sus juegos,
mujeres lloran algo más que una sola ausencia,
hombres alzan algo más que el corazón
resistente,
empecinado.
             *

Y yo
aquí
ahora
enhebrando verbos vanos
que no exterminan a los monstruos
en medio del silencio,
también asesinando.


Silvia Piccoli – 18 de julio de 2014

viernes, 4 de julio de 2014

Virginidad

No importa cuánto distorsionen los sentidos
las columnas prolijas de los diccionarios:

tú y yo sabemos que virgen no es quien viste de blanco en los altares
sino quien ama –nos amamos
por primera vez
hasta el delirio.

Sabemos que podemos esperarnos desde el alba
hasta la medianoche
sin que arríe sus banderas la nostalgia
o se vistan de fiesta las manos y los labios.

Aunque no lleguen las bandadas a romper
los huecos de silencio amurados en los ojos,
ni quede el invierno ajobachado
en las cenizas al ocaso.

Si muero temprano habrá flores en el río.

Si vienes a buscarme temblará la entraña del planeta.

Si nunca volvieras daría igual:
siempre será núbil mi piel para tus manos.


Silvia Piccoli – Julio de 2014
Imagen: Negro Ramírez